En la terraza, a parte del panorama magnífico sobre las muntañas vecinas y las anécdotas históricos de la familia, Usted podrá aprovechar de una comida hogareña tradicional de cualidad.
Hay que probar el excelente embutido casero, la sopa de verdura córsega, los buñuelos de calabacín, el encebollado de jabalí al mirto (durante la temporada), el salteado de ternera con azeitunas, los cannellonis con “brocciu”, el sutil flan con harina de cataña con su jugo de hinojo, o también el Fiadone (tarta de queso fresco, un placer...).
Lugar de encuentro de gente del país y de numerosos turistas franceses y estranjeros, la acogida hogareña y calurosa del Hôtel de la Poste le seducirá. |